domingo, 7 de septiembre de 2014

Me la paso disculpa tras disculpa...

¿Qué más queda?
Es la primera vez en semanas que me puedo sentar frente a la computadora y escribir una entrada para ustedes...
La buena noticia es que he estado más en contacto con Arturo, recientemente hice las correcciones del capítulo 1 y ando a la espera de que me envíe otro mail señalando las correcciones a realizar en el capítulo 2.
Creo que ya había mencionado la posibilidad de que consiguiéramos local para que se pudiera realizar la venta física de la mía y otras historias y trabajos en una especie de gaceta, sin embargo de momento, por causas ajenas a nuestra voluntad, nos vemos en la situación de postergar el proyecto por tiempo indefinido.
Yo sigo sin trabajo, mi racha de dudosa suerte está más agresiva que una chinche a medio fumigar (no se muere, nomás se alborota) y aunque he enviado varios currículos y repartido solicitudes de empleo, sigo sin agarrar trabajo remunerado, cosa que me urge (desesperación)
No puedo negar que he estado deprimida por la situación y que es probable que por eso no consiga buenos resultados en las pruebas psicosométricas a las que me he sometido cuando llego a pasar a segunda etapa, pero estarán de acuerdo en que una cosa es atornillarse una sonrisa postiza, aunque se vea naturalita y auténtica en la cara y otra muy distinta es conseguir atornillar una sonrisa de verdad en el alma cansada y más aguada que un jitomate pasado.
Me veo también en un problema socioeconómico algo apretado: en unas pocas semanas se supone que debo salir con mi FerYo de viaje (ida y vuelta el mismo día) fuera del D.F., sin embargo, aunque se me ha avisado con meses de antelación, no tengo trabajo con el cual pagar los pasajes, algún detallito a mis queridos anfitriones y otras cosas relacionadas al viaje... Una parte de mí no pierde la esperanza de pescar un trabajo pronto, sin embargo cada vez veo más factible la poco alentadora posibilidad de disculparme con los que me invitan, explicando la situación y cancelar mi asistencia. Sin embargo estoy barajando que eso también me traerá serias consecuencias de este lado del mapa...A menudo, estos meses, siento que mi cabeza va a explotar o que me voy a volver loca en el mal sentido de la palabra.
Hoy creí que tedría el día libre, pero me equivoqué completa y absolutamente... ojalá y esta semana tenga más suerte.
El próximo fin de semana  tengo invitación de un buen amigo y ex compañero de trabajo para ir a tomar un café y de verdad espero poder ir, pero está por verse. 
Mi vida está de esta forma, no hay más, es lo que hay. Debo estar agradecida de levantarme cada mañana y mantenerme ocupada. Con paciencia, todo llegará.
Por esta noche me despido, agradeciendo como siempre el que sigan leyendo mis desvaríos. ¡Los quiero mucho, mis lectores!

jueves, 4 de septiembre de 2014

Sin tocar la computadora en un laaargo rato.

No me odien, no es decisión propia...
Hace algunas noches pude dedicarme finalmente en algunos minutos a realizar las correcciones del capítulo uno de Cazadora de Lloronas. Por fortuna no eran demasiados, pero sí necesitaba la máquina.
El mes pasado fue el inicio de clases del chaparro y no estoy segura de que sea tan fácil, pero daré lo mejor a pesar de los contratiempos y otros asuntos que tengo entre manos.
Por otra parte, aunque he tenido realtivamente más tiempo, no he escrito mucha cosa nueva, porque no me siento con ánimos de nada: sigo sin empleo que me remunere, me siento ahogada y algo deprimida, aunque lo controlo un poco al ayudar a mi chaparro con las tareas (siempre y cuando él no haga dramas, como lo ha dado por hacer desde hace poco a causa del fin de las vacaciones largas).
Las ideas siguen allí, lo saben, sigo trabajándolas en mi cabeza, pero mis manos de momento se niegan a responder y empuñar la pluma para escribir. Debo esforzarme y tratar de irlas sacando, aunque sea con tirabuzón, letra por letra y palabra por palabra. Trato de inspirarme viendo algunos videos cuando puedo, escuchando música todos los días, buscando motivos para reír aunque sea sola... Pienso mucho, divago otro poco, cualquier cosa que me ayude a relajarme sin salir de casa porque no hay mucho tiempo ni dinero para ello... Releo mis historias viejas, saboreo sus recuerdos, leo pocas cosas nuevas, pero lo sigo buscando y haciendo cada vez que tengo oportunidad.
Busco subirme el ánimo, pues sé que eso es lo que me falta, de verdad para conseguir un trabajo, pues en las pruebas psicosométricas es donde se ven reflejados todos mis desaguisados, aún cuando no lo haga de manera consciente...
En fin, debo seguir echándole ganas a todo, no hay más. Aunque un poco de chocolate, un buen café y una amena plática con una persona real, no me desagradaría para nada. A veces me siento algo sola, como si todo en mi día a día lo estuviera imaginando... y eso no es muy reconfortante, la verdad.
Espero que todos ustedes, mis queridos lectores, estén súper bien, que tengan un lindo fin de semana y que disfruten en compañia de amigos, familia y seres queridos. ¡Gracias por leerme, los quiero mucho!