sábado, 30 de mayo de 2015

A aquélla... persona que robó mi celular...

La verdad es que no se si leas estas líneas. Las escribo simplemente porque sé que la dirección de éste, mi blog, está en la pantalla de bloqueo de mi celular, mismo que ya está bloqueado una hora después de que lo tomaste. No puedes acceder a mis contactos porque lo tengo bloqueado con contraseña, así que el único dato de mí es la dirección de mi blog.
Traté de contactarte por las buenas con un mensaje, con una llamada... Ya ni llorar es bueno. He aprendido a pasar por las etapas del duelo con mayor rapidez, pues no es la primera vez que a un@ muert@ de hambre se le hace fácil quitarme algo que conseguí en base a mucho esfuerzo y sacrificios.
Puede que lo hayas hecho por travesura, por "necesidad" (que no lo creo, pues llevabas un celular tanto o más bueno que el que te robaste), por qué se yo... Sólo sé que todo en esta vida se paga.
Yo deduzco que (además de por estúpida), mi teléfono se ha ido como pago espiritual por algo que acabo de conseguir (que no me remunera en el bolsillo, pero en otro campo), mientras que tu recibirás algo proporcional a tu "botín", aunque dudo que sea un premio, lindura.
Me das mucha lástima, porque no me parece que tuvieras la necesidad y porque te falta empatía. Me da lástima éso último, principalmente porque significa que pretendes que la tengan contigo, es de lo que adoleces.
Buena suerte, princesa, que lo goces mientras te dure el gusto.
Yo, a seguirle chingando como cada día, pues como decía el Rey Salomón: "Esto pasará" y lo mismo va para tí: "Esto también pasará".
¡Adiós, MUERTA DE HAMBRE!