jueves, 30 de abril de 2015

Pequeños milagros de ocasión...

Pues nada: Ocurre que he tenido algunos problemitas tecnológicos en cuanto a la captura y realización de Cazadora de Lloronas, todo debido a que los puertos usb de las máquinas del trabajo no agarran las memorias y/o éstas les provocan fallos diversos, así como el hecho de que el calor intenso de las últimas semanas provoca que la pc en cuestión se reinicie o se apague a cada rato.
No puedo tener la puerta abierta (con todo y la indicación/sugerencia/orden de mis superiores) debido a que eso me traería más problemas con los jefes de mis jefes directos y porque es parte de mi protocolo "por default" de cuando estoy en una caja confinada.
Como creo ya haberles mencionado en alguna ocasión reciente, la memoria donde guardaba la mayor parte de mis avances de Cazadora de Lloronas se rompió de manera irreparable y temí que todo mi trabajo de los últimos años se hubiera ido al traste... Sin embargo, revisando mis respaldos en OneDrive, en algunos de mis correos electrónicos y en mi Sta.sh de Deviantart encontré buena parte de la información perdida, aunque aún resultaba ser una pérdida significativa.
La parte alegre es que anoche, cuando conseguí secuestrar la laptop de mi pareja, se me ocurrió revisar la Papelera de Reciclaje, porque recordaba haber borrado algunas copias que hice accidentalmente al tratar de seleccionar varios archivos juntos y ¿Adivinen qué? Encontré dos copias completas del borrador de Cazadora de Lloronas desde el capítulo 00 hasta el 7 ¡Justo lo que creí que se había perdido y tendría que rehacer completo!
Ni tarda ni perezosa lo saqué de la Papelera y lo regresé a mi carpeta de Documentos junto con algunos textos más. No tuve tiempo de revisarlos todos, pero eso ya lo haré hoy en la noche, regresando, así como realizar el respaldo correspondiente en OneDrive y en Drive, para seguir trabajándolos desde el trabajo.
Respiro con alivio. Tendré algo más con qué entretenerme la próxima semana. Todo debido a que mi compañera del turno matutino ya no labora con nosotros y a partir del lunes que viene voy a pasar una semana completa cubriendo ambos turnos, hasta que manden un reemplazo. Y es que necesito algo, además de mucho café, para mantenerme despierta en la mañana y entretenida en la tarde, que es mucho más lento el ritmo.
También he de pasar un par de documentos de OneDrive a GoogleDrive, porque en esta máquina está bloqueado el primero y casi todas las páginas regulares de correo electrónico y redes sociales.
¡Pero bueno! A mí me tienen sin cuidado la mayoría de las redes sociales.
Por hoy es todo, gente. Gracias por sus visitas. Gracias por sus lecturas. Espero ir mejorando las entradas con el tiempo, pero es cosa de paciencia.
Hasta la próxima. Recuerden que los quiero mucho ¡Mil besos!

miércoles, 15 de abril de 2015

De malas y con muchas cosas en la cabeza: ¡Es como tener un panal entre las orejas!

El asunto con mis nuevos jefes inmediatos se está volviendo de verdad irritante:
La mujer cada vez me pide más temprano que realice los cierres y ya van al menos dos veces que tengo que repetir el 90% del papeleo porque llega un paciente de último momento. Por más que trato de hacérselo ver, ella no entiende que ella está mal y me trata como si la idiota fuera yo.
Por otro lado, el hombre no está enterado de nada y cuando hago observaciones, le da la razón a su compañera.
Ayer, juro por Dios que tenía ganas de estrellar la cabeza de la tipa contra el teclado de su escritorio (varias veces), sin embargo, me contenté con dar un par de portazos al entrar y salir de mi cubículo...
Con respecto a mi historia Cazadora de Lloronas, hablé con mi hermano el fin de semana pasado y me proporcionó una cantidad increíble de ideas. Unas me encantaron (¡amo a ése hombre!), porque me están sacando de un pequeño bache en que andaba en lo relativo a la historia. Sin embargo hubo otras que, aunque buenas en cierto aspecto, no me gustaron, pero él insistió tanto en el punto de vista que hasta me están haciendo dudar de mi calidad y de mi historia... me dejaron insegura, pues, todo porque, aunque tenemos ideas similares en cuanto al final, la suya es un tanto... abrupta, sin mucho margen para algo más...
He de trabajar todavía en lo que sí me gustó de su idea (de hecho, lo estoy haciendo en este momento, a mano, en un cuaderno) y pulirlo para que encaje con lo que ya tengo y que ya está en el orden que a mí me gusta y me parece correcto.
También está el asunto de que la semana pasada me acusaron de meterle un virus a la computadora del trabajo (desde la que estoy escribiendo estas líneas) y me lo van a descontar de mi paga (¡A saber cuánto va a ser!, pero tengo la impresión de que voy a pasar una quincena bastante apretada otra vez), con la subsecuente prohibición de volver a meter usb alguna en ésta o cualquier otra máquina del trabajo. En casa puede decirse que no puedo tocar la laptop de mi pareja o no más de algunos minutos y escribir a mano, aunque sé que puedo hacerlo, necesito poder checar mis notas que ¡oh, sorpresa!, están en la computadora y son bastantes...
Resulta además que había una moneda falsa en el fondo que me dejó mi compañera ayer y también me lo están achacando a mí...
¡Y aquí vamos de nuevo! Lo dicho: cada vez me piden el cierre para más temprano. Que ahora lo quiere a las 7 p.m. Pronto va a querer que lo tenga listo a los diez minutos de haber entrado a mi turno o antes.
En serio estoy cansada hoy (mentalmente). Sé que de nada servirá hablar con ellos. Pero tampoco quisiera tener que pedir mi cambio de sucursal: me gusta ésta, me siento cómoda aquí, me agradan mis compañer@s. El único problema son los jefes nuevos y sus ideas absurdas de "eficiencia"...
Sencillamente no se qué hacer, pero creo que no me quedan demasiadas opciones a estas alturas. El trabajo me gusta, así que no voy a renunciar (menos con eso de que ya nos van a dar Seguro Social finalmentene) y tampoco siento que yo trabaje mal. Habrá que esperar al siguiente mes, pero supongo que el cambio de sucursal es mi mejor y única opción.
¡En serio que estoy enojada y estresada! ¿Qué más quieren de mí?
Por esta vez me despido, queridos amigos, esperando estar en mejor disposición la próxima vez que les escriba.
Les deseo lo mejor, les mando mil besos y mi gratitud por seguirme leyendo. ¡Hasta luego!